Se suele pensar que la salud es la ausencia de enfermedad. En realidad la salud es el estado natural de la persona. Y la enfermedad es una alteración de ese estado.
La enfermadad surge a causa de la incoherencia en nuestra vida. Sabemos en nuestro interior aquello que realmente deseamos. No lo que creemos que debemos desear o hacer. No aquello que nos dicen que es correcto. Pero la mayor parte de las veces no escuchamos esa voz interior y nos dejamos llevar por una inercia que nos dirige hacia la infelicidad.
El sufrimiento genera enfermedad. Primero enferma el alma, nuestro cuerpo etérico. Después se resiente el cuerpo físico.
Debemos aprender a no sufrir más de lo natural y necesario. Es necesario un tiempo llamado de luto ante una pérdida o una decepción, tiempo que se utiliza para asimilar y aceptar las circunstancias, pero no es natural ni necesario luchar contra la corriente. Debemos aprender a reconocer los mensajes que nos lanza el Universo y las lecciones que nos dá la vida.
Ante todo, el entusiasmo y la curiosidad por lo que vendrá ahora y por lo que la vida nos depara es lo que nos mantiene felices y sanos.
Paloma del Amo
